… de paseo.
... de daltonismo
Me alegré el día que murió Franco porque ese día al llegar a las puertas del colegio nos mandaron de nuevo a casa, por mí como si se moría cada día un dictador y no teníamos clase hasta la llegada del verano, o mejor, hasta el curso siguiente. Recuerdo el 23F, en casa estrenábamos equipo de música y curiosamente teníamos puesta la radio en el famoso momento del "¡todos al suelo!". Pensé, mañana no hay clases.
La RAH (Real Academia de la Historia) me ha hecho recordar esos momentos de infancia y juventud. En mi vida actual, afortunadamente, poco me importa la muerte de uno o el intento de golpe de los otros, o de los mismos. Me importa más el hecho de que seguimos discutiendo por los matices, que sé que son realmente importantes pero que por desgracia marcan demasiado nuestras diferencias.
Es verdad que en ocasiones es difícil ver la diferencia entre el vaso medio lleno o medio vacío, o entre el color fucsia o magenta, pero los matices nos permiten distinguir el uno del otro. Afortunadamente cada uno ve el color, y la vida, desde su propia perspectiva. Incluso en ocasiones vemos el vaso medio lleno cuando realmente está medio vacío, o nos equivocamos y confundimos colores. Nos convertimos en daltónicos que sólo ven las cosas en rojo y azul. Pero lo cierto es que una elección u otra no son tan distantes. Sería un error no saber distinguir entre colores y matices.
No me importa cierto daltonismo político, lo que niego es ver las cosas en los colores del "no-do".