... de azúcar y fantasmas.

No pretende ser mi intención elaborar una nueva receta de golosina para halloween. Para magníficas recetas culinarias ya existen otros blogs. Azúcar y fantasmas son las palabras que mejor describen las sensaciones contradictorias que he tenido estas últimas semanas.

Movimientos como #15M o #acampadas que han sido y son noticia, pero que poco a poco van perdiendo notoriedad e intensidad como un terrón de azúcar en un vaso de agua, que por el sólo paso del tiempo pierden la consistencia con la que se iniciaron. Igual que los buenos propósitos al comienzo del año nuevo, o los buenos deseos personales de cambiar algo pero que la falta de concreción, o voluntad, impiden que se materialice en algo tangible.

Estas semanas me he reencontrado con amistades en la red, algunas con las que apenas he tenido dos conversaciones y otras con las que conversé largo y tendido pero que el tiempo se ha encargado de marcar una gran distancia. Personas, en todo caso, con las que existe una especial conexión, gente de la que me fío y de las que una frase (tweet), en la red, me sugiere sentimientos y reflexiones, y en los tiempos que corren eso no es poco. En definitiva que "endulzan".

Por otro lado visiones de la realidad desde la perspectiva de una novela o de la óptica parcial de un informativo, que permiten descubrir pensamientos fantasmas. Miedo a que la violencia haga acto de presencia en nuestras vidas, como ya ha ocurrido otras veces, mostrándose como solución al cóctel de la indignación, la falta de trabajo y la ausencia de futuro. Afortunadamente por el momento la situación parece estar controlada, pero tengo la sensación de que unas pocas gotas más en el vaso de nuestra paciencia colectiva y el cóctel podría acabar siendo molotov.

Pongámosle azúcar a la vida, y preparemos un combinado bien dulce.


... de marcadores

La semana ha estado llena de marcadores, que me han movido a escribir este post en mi "dejadodelamanodedios blog-personal", y no me refiero sólo a los ya casi "cansinos" enfrentamientos entre Madrid-Barça, sino también a las cifras del paro ( <5000000), al enfrentamiento Obama-Osama Bin Laden, resuelto de penalti con un vergonzante 1-0, a las listas electorales de Bildu (6-5), y al inicio de campaña electoral(#candidatospalma).

Todos esos temas han sido en algún momento de la semana TT (trend topic) en las redes sociales. No me queda la menor duda de que estamos informados, bien o mal, y de que la red genera opinión. Lo que no tengo tan claro es quién escucha esa opinión.

Una vecina, funcionaria, me comentaba ayer que su incompetente jefe se coloca las medallas del trabajo que realiza todo un departamento, sin pegar él ni chapa. Se cumple el refrán de que "unos cardan la lana y otros se llevan la fama", eso pasa en todas partes. De hecho creo que ocurre con descaro en el ámbito político, cuando las cosas van bien hemos de creer que es gracias a los maravillosos políticos que tenemos y cuando van mal parece que quieren hacernos creer que no son ellos los culpables.

Supongo que los políticos deben utilizar internet, el correo electrónico, y sobre todo redes sociales, supongo que leen atentamente lo que quieren oír y más atentamente lo que no quieren oír, … igual es mucho suponer.

Quiero creer que en una política 2.0 los gobernantes no son capaces de tomar según que decisiones sin escuchar primero lo que la sociedad le dice, no lo que cree el político que quiere la sociedad. Esa es la auténtica revolución que vivimos, hoy las distancias se acortan hasta el punto de casi no existir, somos capaces de "escuchar" lo que cualquiera piensa.

En las distancias cortas solemos valorar el afecto y la capacidad de escucha de nuestros amigos y compañeros, de nuestros familiares, de nuestra pareja e hijos. Yo no le pido ningún afecto a quienes gobiernan pero les exijo una exquisita capacidad de escucha.

Seguro que todavía no somos una sociedad 2.0 completa, pero quizás nuestros políticos no son ni 1.0.